¿Podemos chasquear los dedos y cambiar nuestras sensaciones a voluntad, como quien cambia de ropa? La verdad es que no. Aunque construyamos nuestras experiencias emocionales, estas todavía nos pueden arrollar en un momento dado. Sin embargo, podemos tomar medidas para influir ahora en nuestras experiencias emocionales futuras, para esculpir quiénes seremos mañana . Y no lo digo en un sentido vago o pseudoespiritual, al estilo de «vamos a iluminar nuestra mente cósmica», sino en el sentido muy real del cerebro que predice. Y así, atrapado dentro del cráneo y teniendo como única guía las experiencias pasadas, el cerebro hace predicciones . Normalmente concebimos las predicciones como afirmaciones sobre el futuro, como decir «Mañana va a llover», «Los Red Sox ganarán la liga» o «Conocerás a alguien fascinante». Pero aquí me estoy refiriendo a predicciones a una escala microscópica, cuando hay millones de neuronas que conversan entre sí. Estas conversaciones neurales intentan prever to...